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☞ 原文は ここをクリック 親愛なる兄弟姉妹の皆様、おはようございます! 皆様にお会いできて喜んでいます。こんなに大勢でいらしていただき、感謝いたします。特に、今から旅立とうとしておられる皆様に特別に挨拶します。皆様は福音宣教の召出しを受けました。新求道期間の道というお恵みと、皆様お一人お一人というお恵みに私は感謝し、主をたたえます。 先ほど授かりました福音のなかで三つの言葉を強調したいと思います。これは福音宣教のための指針となるでしょう。「一致」と「栄光」と「世界」です。
まずは「一致」です。イエス様は父なる神に祈りながら、与えられた人々が「完全に一つになるため」にお祈りしておられます。(ヨハネによる福音17章23節)すなわち、イエス様と御父が一つであるように、彼らも一つになるためです。ご受難を前にして、彼の最後の願いです。心からの願いはこれです。すなわち「教会に一致があるように」。 一致こそ、本質的で不可欠です。神と人間の敵である悪魔も、福音に対しては無力であり、祈りの謙虚な力と秘跡に力に勝てないのです。そこで敵は思い上がりの心を生じさせ、他者への裁きと、閉鎖と分裂を引き起こすのです。彼こそ「分裂する者」であり、常にわたしたちが善い人であると信じさせるところから開始します。私たちが他者よりも優れていると信じさせると、不和の種を蒔く準備が整うのです。これこそあらゆる共同体に対する誘惑であり、教会の最も美しいカリスマさえも攻撃されるのです。 皆様は偉大なカリスマを受けられました。人生を洗礼において刷新するという素晴らしいカリスマです。教会への入り口は洗礼なのです。あらゆるカリスマは、一致を増大させるために神から与えられるお恵みなのです。ただ、私たちが閉鎖的となったり、自慢したり、他者より目立とうとするとこのカリスマは損傷することもあるのです。だからこそ、カリスマを守護する必要があるのです。皆様も、受けたカリスマを守ってください。守る方法とは、先生がお示しになった道を歩むことです。すなわち、謙遜と従順における一致です。 常にカリスマを見守ることは大切です。他者との一致と教会への従順において、その時々の過剰な人間性を清めていくのです。このようにして教会で息して、教会とともに息するのです。このようにして「位階的構成のある聖なる母である教会」に対して素直な子供として、宣教に向けて「精神が準備される」のです。(ロヨラの聖イグナチオ「霊操」353参照) これを強調させてください。つまり、教会はわたしたちの母なのです。子どもの顔が母親に似ているように、私たちも同じように母である教会に似ているのです。洗礼のときから、私たちは孤立した個人ではなく、一致する男女となり、世界で一致を実現する者となるように呼ばれているのです。なぜなら、イエス様は教会を私たちのために設立しただけでなく、私たち自身を教会として設立されたのです。言い換えれば、教会は私たちのための道具ではなく、私たちが教会なのです。私たちは教会において再び生まれ、教会において命のパンで養われ、赦され、家までの帰り道を共に歩むのです。これこそ教会の豊かさであり、教会は母なのです。教会は、新規会員を探す組織団体ではなく、自らの理念の論理を進める集団でもありません。教会は母として、イエス様から受けた命を与えるのです。 このような豊かさは、教会の牧者たちの働きと指導において現れるものです。組織自体もまたカリスマなのです、なぜなら泉そのものに根付いているからです。泉とは聖霊であって、聖霊こそ生きた水なのです。ただ、植物がよくお世話されていて、きちんと剪定されているときにだけ、水が命を与え続けるのです。皆様も、この聖霊において、愛の泉で渇きをいやしてください。教会全体の組織の中で、この泉を優しく敬意を持ってお世話してください。特に弱い部分に注意して、全体が調和して実り豊かに成長することができますように。
二番目の言葉は「栄光」です。ご受難の前に、イエス様は十字架において「栄光が与えられる」ことを前もって告げられました。十字架において彼の栄光が現れるのです。(ヨハネによる福音17章5節参照)これは新しい栄光です。世界で栄光が現れるのは、重要人物であるときや、人から尊敬されるときや、成功するときのことを言うものです。しかし、神の栄光は十字架において現れているのです。愛そのものであって、十字架上で輝き、広がっていくのです。 逆説的な栄光です。賞賛もなく、利益もなく、拍手を受けることもありません。しかし、この栄光だけが福音を実らせるのです。このように、慈しみ深い神の愛に習うものとなるときにこそ、母なる教会も実り豊かになるのです。神の愛は決して強要するものではなく、優しく奨めてくれるものです。これこそ謙遜なのです。地を潤す雨であり、息をするのに必要な空気であり、人知れずして黙って実を運ぶ小さな種のようなものです。愛を述べ伝える者もまた、まさに同じような愛をもって述べ伝えていくのです。
最後に、福音で聞いた三番目の言葉は「世界」です。「神は、その独り子をお与えになったほどに、世を愛された」(ヨハネによる福音3章16節)愛する者とは、遠ざかる者ではなく、お迎えに出向く者なのです。皆様も、多くの国々の多くの都市までお迎えに出向く者となるのです。神は世俗に魅せられることはなく、むしろ嫌がります。しかし、同時にご自分の創られた世界を愛し、世界にいるご自分の子らを愛しておられます。どこに住んでいても、例え離れている者に対しても同様です。 遠い国々での生活は簡単ではないでしょう。異なる文化もそうです、決して容易なものではないでしょう。ただ、これが皆様に与えられました使命です。皆様は愛をもってその使命を全うします。母なる教会への愛によって、実り豊かな母との一致において、すなわち、教会が実り豊かな母となるようにそうするのです。子どもたちに御父の優しい眼差しを見せるようにしてください。行った先に見いだした事実を、お恵みととらえて下さい。現地の文化に親しみ、言語や慣習を尊重して、これらにおいて聖霊が前もって植えた種を見極めてください。受けたモデルを植え替えようとする誘惑に負けることなく、常に最初の福音の知らせを植えるようにしてください。それはすなわち「最も美しく、最も大きく、最も惹きつけるものでありながら、最も必要なもの」なのです。(使徒的勧告『福音の喜び』35参照) この良い便りは常に帰ってくるものでなければなりません。そうでなければ、信仰が冷えた教義、命のないものとなってしまう危険があるのです。家族として福音宣教をすること、つまり、一致と素朴さを生きていくこと自体が命の良い便りであり、美しい証しなのです。皆様のこのような証しを心から感謝します。 皆様に感謝します。私自身も感謝していますが、教会全体を代表して皆様に感謝します。未知と苦しみへと旅立つ民様の姿勢に感謝します。確かに苦しみもあることでしょう、しかし同時に神の栄光の喜びもあるでしょう。十字架に輝く栄光がそこにあるのです。 私も皆様と一緒に行きます、心から皆様を励まします。どうか私のために祈ることを忘れないで下さい。 私はここに残りますが、私の心は皆様と一緒に旅立ちます。 |
☞ Texto original Aquí Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Estoy contento de encontrarlos y les agradezco, porque hoy han venido numerosos. ¡Un saludo especial a aquellos que están por salir! Han recibido el llamado a evangelizar: bendigo al Señor por esto, por el don del Camino y por el don de cada uno de ustedes. Quiero subrayar tres palabras que el Evangelio les ha apenas entregado, como un mandato para la misión: unidad, gloria, y mundo.
Unidad. Jesús ora al Padre para que los suyos sean “perfectos en la unidad” (Jn 17, 23): quiere que sean entre ellos “una sola cosa” (v. 22), como Él y el Padre. Es su última petición antes de la Pasión, la más sentida: que sean en la comunión en la Iglesia. La comunión es esencial. El enemigo de Dios y del hombre, el diablo, no puede nada contra el Evangelio, contra la humilde fuerza de la oración y de los sacramentos. Pero provoca la presunción, el juicio sobre los demás, la cerrazón, la división. Él mismo es “el divisor” y comienza habitualmente con hacer creer que somos buenos, mejor que los demás: así tiene el terreno listo para sembrar la cizaña. Es la tentación de todas las comunidades y se puede insinuar también en los carismas más bellos de la Iglesia. Ustedes han recibido un gran carisma, carisma para la renovación bautismal de la vida. Se entra en la Iglesia por el Bautismo. Cada carisma es una gracia de Dios para aumentar la comunión. Pero el carisma puede deteriorarse cuando nos cerramos o jactamos, cuando nos queremos distinguir de los demás. Por eso, es necesario custodiarlo. Cuiden su carisma. ¿Cómo? Siguiendo la vía maestra: la unidad humilde y obediente. Es siempre necesario vigilar el carisma, purificando los eventuales excesos humanos mediante la búsqueda de la unidad con todos y la obediencia a la Iglesia. Así se respira en la Iglesia y con la Iglesia; así se permanece hijos dóciles de la “Santa Madre Iglesia Jerárquica”, con “el ánimo preparado y listo” para la misión (Cf. San Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales, 353). Subrayo este aspecto: la Iglesia es nuestra Madre. Como los hijos llevan marcados en sus rostros la semejanza con la madre, así todos nosotros nos semejamos a nuestra Madre, Iglesia. Después del Bautismo no vivimos más como individuos aislados, sino nos convertimos en hombres y mujeres de comunión, llamados a ser operadores de comunión en el mundo. Porque Jesús no sólo ha fundado la Iglesia para nosotros, sino ha fundado a nosotros como Iglesia. La Iglesia no es un instrumento para nosotros: nosotros somos la Iglesia. De ella hemos renacido, de ella somos nutridos con el Pan de vida, de ella recibimos palabras de vida, somos perdonados y acompañados a casa. Esta es la fecundidad de la Iglesia, que es Madre: no una organización que busca adeptos, o un grupo que va adelante siguiendo la lógica de sus ideas, sino una Madre que transmite la vida recibida de Jesús. Esta fecundidad se expresa a través del ministerio y la guía de los Pastores. También la institución es un carisma, porque planta sus raíces en la misma fuente, que es el Espíritu Santo. Él es el agua viva, pero el agua puede continuar a dar vida sólo si la planta es bien cuidada y podada. Sacien su sed en la fuente del amor, el Espíritu Santo, y cuídenla, con delicadeza y respeto, desde el entero organismo eclesial, especialmente desde las partes más frágiles, para que crezca todo junto, armonioso y fecundo.
Segunda palabra: gloria. Antes de la Pasión, Jesús pre-anuncia que será “glorificado” en la cruz: ahí aparecerá su gloria (Cfr. Jn 17,5). Pero es una gloria nueva: la gloria mundana se manifiesta cuando se es importante, admirado, cuando se es exitoso. En cambio, la gloria de Dios se revela en la cruz: es el amor, que ahí resplandece y se difunde. Es una gloria paradójica: sin aclamaciones, sin ganancia y sin aplausos. Pero sólo esta gloria hace el Evangelio fecundo. Así también la Madre Iglesia es fecunda cuando imita el amor misericordioso de Dios, que se propone y jamás se impone. Ese es humildad, actúa como la lluvia en la tierra, como el aire que se respira, como una pequeña semilla que lleva un fruto en el silencio. Quien anuncia el amor no puede dejar de hacerlo con el mismo estilo de amor.
Y la tercera palabra que hemos escuchado es mundo. “Dios ha amado tanto al mundo” que envió a Jesús (Cfr. Jn 3,16). Quien ama no está lejos, sino ve al encuentro. Ustedes irán al encuentro de tantas ciudades, de tantos países. Dios no es atraído por la mundanidad, al contrario, la detesta; pero ama el mundo que ha creado, y ama a sus hijos en el mundo así como son, ahí donde viven, incluso si están “alejados”. No será fácil la vida en países lejanos, en otras culturas, no les será fácil, ¡eh! Pero es su misión. Y esto lo hacen por amor, por amor a la Madre Iglesia, a la unidad de esta madre fecunda; lo hacen para que la Iglesias sea madre fecunda. Muestren a los hijos la mirada tierna del Padre y consideren un don las realidades que encontraran; familiaricen con las culturas, las lenguas y los usos locales, respetándolas y reconociendo las semillas de gracia que el Espíritu ha ya sembrado. Sin ceder a la tentación de trasplantar modelos adquiridos, siembren el primer anuncio: “lo que es más bello, más grande, más atrayente y al mismo tiempo más necesario” (Exh. Ap. Evangelii gaudium, 35). Es la buena noticia que debe siempre regresar, de lo contrario la fe corre el riesgo de convertirse en una doctrina fría y sin vida. Evangelizar como familias, luego, viviendo la unidad y la simplicidad, es ya un anuncio de vida, un hermoso testimonio, del cual les agradezco mucho. Y les agradezco, en nombre mío, pero también en nombre de toda la Iglesia por este gesto de ir, pero ir hacia lo desconocido y sufrir. Porque habrá sufrimiento ahí, pero también habrá la alegría de la gloria de Dios, la gloria que está en la Cruz. Los acompaño y los animo, y les pido, por favor, de no olvidarse de rezar por mí. Yo me quedo aquí, pero con el corazón voy con ustedes. |